deben guardar el rebaño para que no se desvíe, guiarlo a los verdes pastos de la Palabra de Dios, y defenderlo contra los lobos salvajes (Hch 20:29). Pedro escogió esta metáfora del pastor en 1 Pedro 5:1–3. Allí discute el objetivo primario del pastorado, y da sabios consejos sobre cómo pastorear y cómo no pastorear. Un pastor que no alimenta a su rebaño no tendrá rebaño por mucho tiempo. Sus ovejas saldrán a otros campos o morirán de hambre. Sobre todo, Dios requiere
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